jueves, mayo 12, 2005

WINNIPEG.

Hoy me emocionè,
vì lo que alguna vez quise sentir,
lo que alguna vez quise vivir.

Hoy me emocionè, vì remo en la tv,
disfrutè, me posesionè, gritè, sufrì, llorè,
me subì a una nube, volè . . .

Sentì el fierro, que son los nervios del remero,
y la transpiraciòn y el agotamiento,
al ver pasar las palas por el agua,
llenas de pasiòn y sentimiento.

Vì mùsculos reìrseles al miedo,
y a una selecciòn Argentina de remo,
imponer respeto,
demostrando como se gana de huevo.

Vì atletas de verdad,
esos que entrenan sin pausa, sin piedad,
anònimos, sin prensa,
solo con responsabilidad, sacrificio, humildad.

Vì màquinas de carne y hueso con alma de remo gritar,
eran gritos de garra, de gloria, de felicidad.

Eran corsarios de corazones de acero,
a la “celeste y blanca” defendiendo,
y el oro y la bandera argentina elevar al cielo.

Y decirles a un paìs entero, y sobre todo a los medios,
¡despierten¡ ¡estos son sus remeros¡.

Gabriel Alto Caldirola